martes, 11 de mayo de 2010

¿ÉRAMOS ONCE CONTRA ONCE?
Esta pregunta me la he hecho desde este último domingo en el que no solo ganamos sino que dimos vuelta un partido haciendo dos goles en tiempo descuento, algo que si hay que contárselo a alguien seria un poco difícil de explicar. ¿Cómo pintar con palabras que la cosa ya se moría?, que nuestro sueño de a poquito se iba apagando en cada jugada que contenía el arquero de ellos, que nuestra alegría se terminaba en cada decepción de nuestros soldados al no poder revertir el resultado, que el mate que alguien tomaba se quedaba en la garganta mientras pasaban los segundos malditos, esos segundo que se apuraban a propósito en ese momento que nadie quiere vivir…¡¡no gente!! Ese día hubo algo mas en la cancha que hizo que nuestra suerte cambiara, ese día hubo una fuerza adicional que cambio nuestro destino, esa fuerza fuimos nosotros, ese día éramos todos los albinegros contra los once de ellos, estuvimos en cada corrida de cada uno de nuestros jugadores, pusimos garra con ellos.

En un momento en el que ya los nervios vencen mis músculos y empiezo a mover mi pierna derecha como si fuera un control remoto que quiere mover las piernas de nuestros jugadores (aclaro que mi pierna derecha es tan mala para jugar al futbol como mi izquierda) creo que me pareció que uno de los nuestros movió la pierna igual que yo, habilitó a Rivero y puso el tres a dos,

¿Me van a negar que ahí también estaba San Expedito pegado a la tela como uno mas de nosotros haciendo fuerza para que cambie nuestra suerte? Yo estoy convencido de que nosotros no estábamos en la tribuna, o mejor dicho físicamente quizá si hayamos estado en la tribuna visitante pero nuestra alma estuvo detrás de cada uno de nuestros soldados, para empujar a los defensas de ellos para que nuestros delanteros lleguen a convertir, para colaborar con nuestros defensores cuando ellos se nos venían encima y en ningún momento decayeron porque estuvimos nosotros para levantarlos y alentarlos cada ves que algo les impedía llegar al triunfo, estuvimos ahí para decirle al arbitro ¿Qué cobraste pibe? ¡¡Yo se que no nos vimos dentro de la cancha, lo que pasa es que se había levantado tanta tierra que no nos podíamos divisar!!

Ese día no hubo diferencias ideológicas ni religiosas ni nada de este mundo que separa a las personas, ese día estábamos unidos por una idea en común, ¡¡ese día éramos MONTE!!

Por eso vuelvo a repetir no éramos once contra once, “ERAMOS TODO MONTE CONTRA LOS ONCE DE ELLOS

2 comentarios:

Chulo dijo...

Muy bueno...
Al mejor estilo Sacheri, o Fontanarrosa..
Sos un grande Horacio.

alejandro dijo...

muy buen comentario....!!!! (Me Gusta)