viernes, 28 de enero de 2011

EL PACTO FANTÁSTICO ALBINEGRO

Esta historia es sobre dos jugadores que vistieron la casaca de monte en aquellas épocas gloriosas del albinegro…
Los dos jugaban con la casaca  número dos, los dos eran figura indiscutida en sus respectivos equipos antes de llegar al albinegro, por alguna casualidad o mejor dicho quizá por alguna causalidad del destino llevaban el mismo nombre de pila,  “Ariel”,  nombre que significa “León de Dios” un significado que todos aquellos que los vimos dentro del campo de batalla, perdón,  del campo de juego, sabemos y sin ninguna objeción que tal rotulo les quedaba perfectamente, a tal punto  que nadie habría dicho nada, ni siquiera los jugadores que jugaban contra ellos si atrás de la camiseta albinegra que ellos lucían hubiera estado escrito la palabra León.
Lo cierto que es que la dirigencia del club hizo hasta  lo imposible para tenerlos  entre los once titulares de la primera y los consiguió,  el día que llegaron al club por primera vez  para entrenar cuando se vieron las caras los dos defensores nuevos   dentro del campo todos notaron sus miradas, todos dieron cuenta que se iban a llevar mal, algunos que presenciaron ese momento dicen que ese instante solo se puede comparar con el encuentro troyano entre Héctor  y Aquiles, otros pensaron que lucharían entre ellos y solo el que sobreviviera se quedaría con el liderazgo en la defensa de Monte.

Entre ellos se conocían a la perfección, siempre lucharon en contra en cada combate futbolístico cuando sus equipos se enfrentaban, siempre fueron al  frente de sus soldados cuando empezaba la contienda, y se cuenta que más de una vez el árbitro tuvo que terminar algún partido antes de los noventa minutos  para evitar alguna catástrofe.

Solo una persona no se amilanó ante la presencia de estos dos titanes, el entrenador de Albinegro, un viejo luchador de miles de batallas, un gaucho cual Martín Fierro que se dio cuenta de tal situación y los llamó a los dos,  con vos firme y poderosa como un trueno les dijo que se dirigieran a los camarines y arreglaran solo entre ellos sus problemas porque los dos jugarían el próximo partido.

Lo que paso dentro de los camarines ese día  nadie lo sabe con exactitud, se cree que no estuvieron solos en ese momento, los más supersticiosos dicen que estaba con ellos el fantasma del último guarda de trenes que paso por la estación ferroviaria de Monte Comán, y que juntos  sellaron un pacto, el pacto era que juntos defenderían los colores blanco y negro y a cambio recibirían la gloria en el futbol para toda la eternidad.

Aunque esta historia no se puede comprobar,  hasta los mas escépticos dudan de su veracidad, porque lo cierto es que luego de ese día se convirtieron en los pilares mas importantes del equipo y mas de un jugador que los enfrentaba pedía el cambio o simulaba alguna lesión con tal de no tener que jugar contra ellos, una ves un delantero que jugaba en esa época dijo al salir del campo de juego  que con ellos el arco ferroviario se veía muy pequeño como salido de alguna historia liliputense.

hoy en la actualidad, alguien me contó, aunque me pidió reserva de su nombre, que veces cuando el partido se le complica a Monte algo sobrenatural pareciera que aparece en la cancha que hace que el arco de Monte se siga viendo tan pequeño como en esas épocas.

No se si me creeran esta historia pero les aseguro que todo lo que nos propongamos hacer se puede hacer realidad…. Hasta lo mágico.

PERDÓN POR PONERLE UN POQUITO DE FANTASÍA A ESTA HISTORIA REAL...
H.H.G.